Y... ¿cómo lo voy a hacer?
Con frecuencia se actúa sobre el síntoma, con el fin de que éste desaparezca lo antes posible.
Si hacemos desaparecer rápidamente esa “molestia” sin plantearnos qué nos está comunicando, puede llevarnos a cronificar un problema que tiene solución.
Sin perder de vista que el objetivo es que el síntoma remita, propongo una visión mas amplia: el cuerpo y la mente nos hablan a través de los síntomas que desarrollamos.